sábado, 7 de abril de 2012

07 de Abril de 2012















Tengo que hablar de Sevilla. En estas fechas los medios de comunicación me hacen recordar lugares en los que viví momentos inolvidables. No existe una ciudad más bella ni gente más acogedora y amable sobre la faz de la tierra. Llegué a ella por amor, y tuve que abandonarla a mi pesar, cuando descubrí que también lo eterno lleva oculta una fecha de caducidad. En vano he tratado de olvidar su río, sus calles, sus jardines, sus plazas, sus naranjos, sus inquietos gorriones, su luz y su perfume de azahar. Mientras una mujer se desenamoraba de mí, una ciudad me enamoraba hasta la médula. Ardo en deseos de regresar a ella, de perderme a solas por sus viejos rincones. Ver amanecer en Plaza Nueva y contemplar la luna desde el puente de Triana.
Este poema publicado por María, que omite sus apellidos, me ha conmovido. Aquí se los dejo:

SEVILLA

Sevilla es una mujer
que dio a luz
un corazón romántico,
Unos pisan sus calles
yo recorro su laberinto
para amarla,
Sevilla tiene celos
y ha borrado de mi corazón
cualquier otro nombre,
Ha prendado en mis ojos
la imagen de sus flores,
Ha llenado mis ansias
con su perfume de azahar,
Ha querido
atraparme con su calma
cuando busco
la bravura del mar,
Cuando aferro mi mano
a la vela
buscando la mar alta
su río me grita:
¡te espero!
No ha dejado de entregarme
su pasión,
que late por debajo
como lava subterránea,
Sevilla tiene todavía mas celos
cuando paseo a mi amor por sus calles
agarrando su cintura,
Cuando la voz de su poeta
me sirve para cantar
aún más amor,
Y Sevilla no sabe
que el viento
me lleva más allá de Sevilla
Para no morir,
como su poeta, de amor...
destruyendo esta prisión de belleza
este derrame de gracia,
Me alcanza la altura
de más allá de las nubes
para decir:
¡Despierta!

No sé si es que hay niebla en el bosque o son mis ojos turbios por la humedad, lo cierto es que ahora veo todo borroso. Hay parajes en la memoria por los que es mejor no transitar, porque a los sueños nunca se regresa. Disfruten del domingo. 

jueves, 5 de abril de 2012

06 de Abril de 2012















En el bosque, a primera hora de la mañana, se puede oír una de esas sinfonías que después los humanos tratan de imitar con instrumentos musicales. Con lo fácil que les sería acercarse aquí y escucharlas al aire libre. Aunque, pensándolo bien, mejor que no vengan, por si acaso.
Como todo viejo búho, también tengo mis manías. Por ejemplo: recelar de los poetas famosos y eruditos. Se puede vivir para la poesía pero no de ella. Hasta un pajarraco noctámbulo y lunático como yo, lo sabe. Hoy les dejo un poema de mi admirada Amalia Bautista:

“Dime cuál es el puente que separa
tu vida de la mía,
en qué hora negra, en qué ciudad lluviosa,
en qué mundo sin luz está ese puente
y yo lo cruzaré”.

¿Y si han dinamitado el puente?

No soy un gran lector de poesía, quizá porque como dijo Hermann Hesse: “Hacer versos malos depara más felicidad que leer los versos más bellos”. Les aseguro que cuando escribió esto ni me conocía ni había leído nada mío, pero es un buen consejo.

Por más que suene a chiste con la crisis que tenemos encima, parece que España enviará un robot a la luna en el 2015. China pagará la mitad de los gastos. Les propondré enviarme a mí en vez de al robot, aunque el billete no sea de ida y vuelta.

Con permiso, me voy a mi rama a soñar con puentes y viajes a la luna.

05 de Abril del 2012





Está amaneciendo en el bosque. Desde lo alto de mi viejo y entrañable olivo, veo como se desperezan las flores, y escucho los pájaros que, madrugadores, abandonan alegres sus nidos. Algunos creen que los búhos somos sabios, quizá porque a un antepasado nuestro estuvo junto a Minerva, la diosa de la sabiduría. Pero, o nunca la recibió de ella, o la sabiduría no es contagiosa, porque sus descendientes no heredamos nada.
Como las noches aún son largas y frías, y me encanta leer, anoche le dediqué unas horas al libro “Un plural infinito”, de Rafael Pérez Estrada, un poeta admirable que les recomiendo. Aquí les dejo uno de sus poemas.

PASIÓN Y MUERTE DEL UNICORNIO

Hay una luz para la vida y una estrella para la muerte. Los astros marcan - y él lo sabe- el punto final de la aventura amorosa del Unicornio. Surge esta estrella en las noches que preceden al invierno, y sólo quienes han merecido ser bordados en tapices y reposteros, o aquellos que hacen guardia a orillas de escudos y blasones, pueden soportar la tristeza y se salvan. Mas cuantos hicieron de su vida una gesta amorosa, perecerán sin duda. Y la niña, que aún distraída escuchaba esta leyenda, comentó emocionada: “Yo prefiero a estos últimos”.

Yo también los prefiero, y sospecho que ustedes también.
Con permiso, me voy a estirar las alas por ahí. Disfruten de este nuevo día que, como todos, será irrepetible.