Tengo que hablar de Sevilla. En estas fechas los medios de comunicación me hacen recordar lugares en los que viví momentos inolvidables. No existe una ciudad más bella ni gente más acogedora y amable sobre la faz de la tierra. Llegué a ella por amor, y tuve que abandonarla a mi pesar, cuando descubrí que también lo eterno lleva oculta una fecha de caducidad. En vano he tratado de olvidar su río, sus calles, sus jardines, sus plazas, sus naranjos, sus inquietos gorriones, su luz y su perfume de azahar. Mientras una mujer se desenamoraba de mí, una ciudad me enamoraba hasta la médula. Ardo en deseos de regresar a ella, de perderme a solas por sus viejos rincones. Ver amanecer en Plaza Nueva y contemplar la luna desde el puente de Triana.
Este poema publicado por María, que omite sus apellidos, me ha conmovido. Aquí se los dejo:
SEVILLA
Sevilla es una mujer
que dio a luz
un corazón romántico,
Unos pisan sus calles
yo recorro su laberinto
para amarla,
Sevilla tiene celos
y ha borrado de mi corazón
cualquier otro nombre,
Ha prendado en mis ojos
la imagen de sus flores,
Ha llenado mis ansias
con su perfume de azahar,
Ha querido
atraparme con su calma
cuando busco
la bravura del mar,
Cuando aferro mi mano
a la vela
buscando la mar alta
su río me grita:
¡te espero!
No ha dejado de entregarme
su pasión,
que late por debajo
como lava subterránea,
Sevilla tiene todavía mas celos
cuando paseo a mi amor por sus calles
agarrando su cintura,
Cuando la voz de su poeta
me sirve para cantar
aún más amor,
Y Sevilla no sabe
que el viento
me lleva más allá de Sevilla
Para no morir,
como su poeta, de amor...
destruyendo esta prisión de belleza
este derrame de gracia,
Me alcanza la altura
de más allá de las nubes
para decir:
¡Despierta!
No sé si es que hay niebla en el bosque o son mis ojos turbios por la humedad, lo cierto es que ahora veo todo borroso. Hay parajes en la memoria por los que es mejor no transitar, porque a los sueños nunca se regresa. Disfruten del domingo.